martes, 5 de junio de 2007

Por fin...

El mes de Mayo ha sido una locura, fechas por aquí, cambios por allá, pero definitivamente tenemos la fecha de viaje para el 3 de junio hacia Bogotá. Ya tenemos casi todo preparado, nos encontraremos con Nahia el 5 de Junio.

El gran viaje…

Volamos hacia Bogotá vía Madrid, hemos quedado con otra familia que va a viajar a por su niño en el aeropuerto, así podremos estar algunas horitas juntos, comentar, hablar, en fin esperar juntos.

El vuelo ha sido largo, muy largo, pero por fin estamos en Bogotá, Lucila nos estará esperando a la salida del aeropuerto para llevarnos a nuestros respectivos hoteles, Encarni y David se encontrarán con Juan David, su hijo al día siguiente, pero nosotros hasta el día 5 no veremos a Nahia, todavía nos queda pasar una noche, nos quedamos en el Hotel El Refugio. A la salida del hotel nos despedimos de nuestros compañeros de fatigas, ellos no vienen al mismo hotel que nosotros.
Cuando llegamos al hotel nos abren la puerta y aparecen un montón de niños, madre mía con el cansancio que llevamos, los nervios y demás. Hay cinco familias, dos francesas y tres americanas, en resumen un montón de gente. Resuelta que como ninguno de los adultos hablaban en castellano, los crios nos agarran a nosotros por banda y nos vuelven locos, son crios de tres a cinco años, no paran de hablar y nosotros con los nervios puestos.
Al día siguiente a primera hora viene Dilia con el que será nuestro abogado. Seguido nos vamos con él de nuevo al aeropuerto a coger el último avión hasta llegar a Mocoa. Resulta más bien ser una avioneta que hace escala en Neiva. El aeropuerto al que vamos es Villagarzón. Es militar, ya que en esta zona no hay más aeropuertos.
Cuando llegamos la sensación es extraña. Te bajas en un cuartel del ejército y cuando se abren las compuertas de la zona militarizada hay un camino y un camión que es el que se encarga de llevar a la gente hasta las poblaciones más cercanas. A nosotros nos viene a buscar un jeep para llevarnos directamente a Mocoa.
Por el camino, unos 20 km, empezamos a disfrutar del olor, del calor, de la humedad, quien me iba a decir a mí, que soy doña calores decir que estaba disfrutando de ese calor pegadizo.

Por fin llegamos al hotel Inga Real, nos atiende una chica encantadora y nos aloja en la habitación, pero…. Nadie le había dicho que íbamos a tener a Nahia y no había cama para ella, que pena, la habitación daba a la plaza y teníamos una terraza preciosa, total que nos tienen que cambiar, el hotel está casi lleno ya que hay mucha gente de Naciones Unidas (ACNUR) y nos dan una habitación pequeña e interior.
A partir de ese día y hasta nuestra marcha de Mocoa ese iba a ser nuestro primer hogar.

Tras dejar las maletas lo primero que queríamos era tomar algo fresco, no se comer algo, así que quedamos con Diego para hacerlo juntos, a partir de ese día él se convirtió en nuestra familia, nuestro amigo, él era el único que estaba a nuestro lado y sabía perfectamente como nos sentíamos.

Tras una pequeña visita por la ciudad, cosa que se hacía bastante rápido, nos fuimos a cenar y tras la cena, la cerveza de rigor, no os imagináis el calor, la humedad… y lo bien que se estaba en el bar que teníamos justo debajo del hotel. Era toda la parte de abajo, hacía esquina y no tenía cristales, únicamente una persianas que cerraba a la noche, con lo cual dentro se estaba fantástico, siempre tenían música y siempre había hombres tomando café, cervezas y demás cosillas, este era nuestro salón de casa.
Pues tomando esa cerveza de la que antes hablaba, estabamos hablando con Diego y por supuesto mirando a la gente que pasaba por delante, intentando encontrar un rasgo parecido al de Nahia, pensando como sería actualmente, había pasado algo de tiempo desde que le habían sacado la foto, y en una de estas aparece una niña preciosa de la mano de una chica, se nos queda mirando y al verla decimos, por dios si que es preciosa…. Yo la tenía de espaldas y no la ví bien, pero cuando llegamos a la noche al hotel Javi me dice que esa niña era Nahia, que él estaba seguro…. Pero si Javi no es capaz de reconocer a nadie…. No se nos metimos en la cama con la duda, pero pensando que eran paranoias nuestras.

A las 6 de la mañana del día siguiente estábamos en nuestro bar desayunando, había quedado con Diego mucho más tarde, pero ya no podíamos más, estábamos de los nervios, a las 9 teniamos la cita en el ICBF, decidimos desayunar y sacarnos nuestras últimas fotos, solos, sin hijos…..madre mía que caras, que poema…..

No hay comentarios: