sábado, 14 de julio de 2007

Nuestro primer, segundo cumpleaños



A casa llegamos un seis de julio, tan solo unos días más tarde sería el cumpleaños de Nahia y por supuesto habría que celebrarlo, pero teníamos claro lo que queríamos y lo que no y sobre todo sabíamos perfectamente que no queríamos que llenaran nuestra casa de juguetes y regalos para ella. Todos conocemos a nuestras familias y cuando encima la espera es tan larga, todos tenemos muchos sentimientos en la recámara, así que nuevamente les leímos la cartilla. Nahia acababa de llegar y no necesitaba cosas superfluas, necesitaba tener una familia, necesitaba a sus abuelos, a sus tíos, necesitaba cariño, amor y también alguien que de vez en cuando le dijera no.
Como siempre la familia estuvo por encima de la media, los abuelos, bueno son eso abuelos y siempre le dan mucho y antes de que lo pida pero poco a poco han ido aprendiendo a no hacer todo lo que ella pide, con los tíos siempre ha tenido una relación de complicidad, Nahia sabe mirarles con carita y claro los chicos caen a sus pies, adora a sus tíos, además desde el primer momento, las tías se lo han tenido que currar mucho más, ahora no le importa quedarse con ellas, o irse al parque, pero ha repetido la historia que tuvo conmigo, con ellas.
Cuando Nahia vivía en Colombia lo hacía en una casa en la que le daban todo, todo lo que ella pedía, era la niña consentida, vivía con niñas más mayores que ella y la tenían de juguete, así que uno de los aspectos que más hemos tenido que trabajar es ese, el de ser caprichosa, consentida, con el tiempo la vamos cambiando, aunque todavía queda trabajo.
Llegó el día 14, era el segundo cumpleaños de nuestra hija y el primero que íbamos a poder disfrutar con ella y por supuesto no quisimos que nadie de la familia se le perdiera y menos los amigos.

Nos fuimos a Artxanda, un monte que rodea Bilbao, a un txakoli y allí en pleno aire libre comimos todos, por fin teníamos el circulo cerrado y éramos una familia al completo. La fiesta fue una gozada, 15 adultos y cuatro enanas. Ahí empezamos a descubrir que a nuestra hija al igual que a las otras niñas les encantaba el “txuleton”, donde habría aprendido Nahia a comer carne cruda, si en Colombia se come reseca….
Después de comer, tiramos las toallas al suelo y allí estuvimos hasta que las pequeñas ya no podían más.
Pasó el día, todos estábamos agotados, cuando llegamos a casa, estábamos radiantes, agotados, pero maravillados, cuanto había cambiado nuestra vida en un mes…

sábado, 7 de julio de 2007

La vuelta a casa

Muchas veces durante el tiempo que estuvimos en Colombia pensábamos como iba a ser la vuelta, primero por el hecho de viajar con una niña tan pequeña y por otro lado por lo que iba a ser la vuelta, el encuentro con la familia, el comienzo de la vida en común, pues bien, ni en el mejor de nuestros sueños hubiéramos pensado que todo iba a salir como fue.

Para rematar la jugada y como estábamos en Cartagena, nuestro viaje de regreso comenzó allí. De nuevo rellenar las maletas, el tema ya estaba complicado, tras un mes habíamos comprado un montón de cosas y claro meterlo todo era complicadillo, pero bueno por fin estábamos en la puerta del hotel preparados para el gran viaje, eran las 7 de la mañana (casi como en la canción)de ahí fuimos al aeropuerto, espera y primer avión del día, volvíamos a Bogotá, el siguiente vuelo lo teníamos a las 5,30 de la tarde, pero no teníamos más remedio había que esperar allí, imaginaros, las pedazo maletas, Javi, la niña y yo…. A eso de las 2 había la facturación para Madrid, total que tal la larga espera en una cola llegó el momento de la revisión de lamentas por parte de la policía, madre mía sacaron una a una todas las cosas, todos los regalos, en resumen 45 minutos de revisión y mientras Nahia como una valiente, aguantando el temporal. Por fin, conseguimos pasar, ahora había que pasar por inmigración, presentar todos los papeles de la peque, nueva cola…. Pensábamos que no íbamos a llegar nunca al avión, pero por fin estábamos sentados, el cansancio empezaba a hacer mella, cuando comenzamos a volar decidimos poner a Nahia en el suelo para dormir, nos habían puesto en primera fila y bajo nuestros pies había mucho sitio, nos dieron unas mantas y Nahia hizo todo el viaje dormida como un tronquito, nosotros en cambio no cerramos ni los ojos… por fin se despertó la peque, estábamos aterrizando en Madrid. Eran sobre las 10,30 de la mañana, nos daba tiempo de ponernos un poco decentes, bueno básicamente Nahia, ya que la llevamos a un baño, la lavamos y cambiamos de ropa, queríamos que cuando la viera la familia estuviera radiante. La pusimos un vestidito, peinamos… y ya estábamos listos, a las 12,30 salía nuestro avión para casa, que cerquita estábamos. En el último viaje yo caí molida, media hora de sueño, pero la necesitaba. Por fin aterrizábamos, por fin estábamos en casa… Nada más llegar al aeropuerto vimos a nuestra familia y algunos amigos, a pesar de haber dicho que no queríamos nada especial, fueron los abuelos, mis tíos y mis amigas. Para todos ellos al igual que para nosotros eran el gran momento, por fin iban a conocer a la pequeña y no se lo querían perder.

Nada más salir por la puerta del aeropuerto la pequeña se dedicó a dar besos a todos, eso si, sin perdernos de vista, pero se portó como si siempre hubiera estado aquí y simplemente se hubiera ido de vacaciones. Había pasado casi un día entero desde que habíamos salido de Cartagena. Ella radiante y nosotros cansados pero muy contentos.
De ahora en adelante las cosas había que ponerlas en su sitio y aquí comenzaba nuestro gran reto, educar a nuestra hija….